Cuando conoces a alguien no tienes ni idea de cómo será, pero eso sí, hacemos un juicio con valoraciones (siempre) negativas hacia esa persona.
¡Eh! Ese es mi hermano y no quiero que te lo lleves, no quiero que te pases las tardes con él, no quiero que te compre regalos y que me hable de ti. Entérate, llevo pegada a el 14 años, tú le conces desde hace tres meses.
Oye, salimos a tomar algo, ¿te vienes?
¿Quién? ¿Yo con vosotros dos? Todo suena raro, es raro.
Enfados, celos, sobre todo celos hacia ella.
Porque ahora sentada delante de mi en ese sillón verde, fumando cómo no, me siento con ganas de contártelo todo de que puedo confiar en ti, una complicidad que no hace falta que nadie se entere, sólo tú y yo lo sabemos, no tengo que presumir de ello, sólo nosotras debemos estar orgullosas. Porque a mi lo único que me valen son los hechos, las palabras se las lleva el viento. ¿No dicen eso?
Como para no quererla :)
ResponderEliminarSí, la verdad esque se hace querer.
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